
Es el resultado de mi propia experiencia al querer cruzar la frontera natural que divide a Colombia de panamá y que es conocida como el Tapón del Darién, una selva inhóspita y llena de peligros y que fueron mi única opción para lograr un nuevo futuro en México al lado de Isabel y una mejor vida para mi pequeña hija Sarah en Colombia, el asesinato de mi guía y los días subsecuente en los que anduve solo, herido y a la deriva luchando por sobrevivir. A pocos metros de llegar a la carretera panamericana fui capturado por la policía militar panameña y allí aun tenía fuertes experiencias por vivir.
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